Patógenos
“Los virus viajan ahora en avión”: investigador de la UNAM alerta sobre expansión global
El profesor emérito Antonio Lazcano Araujo expone cómo el aumento de epidemias se trata de un problema que tiene que ver no solo con la pérdida de la biodiversidad, sino con la biología evolutiva.CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertó sobre el creciente riesgo que representan los virus y otros patógenos en un mundo globalizado, en el que los medios de transporte permiten su rápida difusión y la presencia humana intensifica el proceso de alteración de los ecosistemas naturales.
“Antes los virus viajaban en carabela y hoy lo hacen en un Boeing 727 de manera que puedo transportar un patógeno en cuestión de horas, cuando esto no ocurría”, afirmó el profesor emérito Antonio Lazcano Araujo.
Durante la conferencia “Consecuencias epidemiológicas por la pérdida de biodiversidad en México”, el profesor emérito y doctor en Ciencias, Antonio Lazcano Araujo expuso que el aumento de epidemias se trata de un problema que tiene que ver, no solo con la pérdida de la biodiversidad, sino con la biología evolutiva.
Muchas epidemias no son producto de la intervención humana
En primer lugar, puntualizó que muchas epidemias no son producto directo de la intervención humana, sino que surgen como resultado de procesos naturales de evolución de los microorganismos, ya que una enorme variedad de patógenos (virus, bacterias u hongos) circulan en ecosistemas naturales, causando infecciones y muerte a sus hospederos en un proceso de evolución constante.
El científico mexicano explicó que en términos evolutivos una pandemia se puede entender cómo el crecimiento poblacional de los patógenos que requieren para su multiplicación de individuos de otra especie, a los que llamamos hospederos. Por ello, requiere que los patógenos se adapten a los hospederos y viceversa. Este proceso de coevolución no siempre es sincrónico.
“El equilibrio entre parásitos y hospederos en ecosistemas naturales es dinámico y esconde una larga historia de epidemias, como lo demuestran los anticuerpos contra diversos coronavirus en varias especies de murciélagos”, precisó Lazcano Araujo, quien ha recibido tres doctorados Honoris causa, otorgados por la Universidad de Milán, la Universidad de Valencia y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Sin embargo, destacó que actividades humanas, como la deforestación, el tráfico ilegal de especies y la industrialización de la agricultura, han intensificado las condiciones para que estos patógenos crucen barreras biológicas y geográficas, aumentando el riesgo de zoonosis, que es el contagio entre diferentes especies.
“Lo que es cierto es que estos equilibrios pueden verse alterados por la intervención humana y llevar el salto de patógenos a nuestra propia especie (zoonosis). El proceso de alteración de los ecosistemas naturales se está intensificando de forma alarmante, porque en este momento los humanos ocupamos entre 60 y 70 por ciento de las tierras emergidas en el planeta”, puntualizó el experto en biología evolutiva y ganador del Premio Universidad Nacional 2023 en el área de docencia en Ciencias Naturales.
Expansión global
Antonio Lazcano comparó esta situación con épocas pasadas al señalar que “antes los virus viajaban en carabela y hoy lo hacen en un Boeing 727”, lo que permite que un patógeno sea transportado a miles de kilómetros en cuestión de horas. Este fenómeno, indicó, es una muestra clara de cómo las actividades humanas han facilitado la expansión global de enfermedades infecciosas.
En el encuentro organizado por el Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE), y el Seminario Permanente de Bioética de la UNAM, puso como ejemplo enfermedades como el mpox o “viruela del mono”, que saltaron de chimpancés a humanos, o la sífilis, cuya transmisión a nivel global se intensificó tras el contacto entre continentes.
Especificó que no es posible pronosticar la aparición de nuevos patógenos, pues la evolución biológica es un proceso multifactorial, pero sí es fácil anticipar el surgimiento de mutantes resistentes a antibióticos.
De acuerdo con el universitario, el número de patógenos potenciales que existen es amplio en la naturaleza y nunca podremos frenar las tasas de su evolución; “podríamos contar con vacunas, pero tendremos que pensar en un cuidado más certero en cuanto a la protección del ambiente, pues este podría ser un factor extraordinario en el desarrollo de epidemias y pandemias”.
A su vez, el comisionado Nacional de Bioética, Patricio Santillán dijo: “Sin duda el impacto del cambio climático tiene que ver con el incremento de niveles de dióxido de carbono, la acidificación del mar, el aumento de las temperaturas y el clima extremo derivado de acciones que hemos generado y que impactan la salud de las personas, animales y de los hábitats que ocupamos en el planeta”.
“Como consecuencia de la contaminación atmosférica surge el incremento de alérgenos, es decir, sustancias que generan alergias en los seres humanos, cambios en la ecología de los vectores que provocan malaria y dengue, por ejemplo”, alertó.
“Aunque no somos responsables totalmente de lo que sucede en cuanto a los procesos evolutivos de los patógenos, sí del impacto ambiental de nuestro mundo”, puntualizó.