Dinosaurios
Descubren dinosaurio con poderosas garras en Argentina
Los megaraptoranos eran conocidos por sus cráneos alargados y "garras enormes y muy poderosas", afirmó Lucio Ibiricu del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, quien formó parte del equipo de descubrimiento.NUEVA YORK (AP) — Científicos han descubierto un nuevo dinosaurio en Argentina con poderosas garras, que se alimentaba de huesos de cocodrilos antiguos.
El hallazgo posiblemente medía 7 metros (23 pies) de largo y pertenecía a un misterioso grupo de dinosaurios llamados megaraptoranos. Estos merodeaban por lo que ahora es América del Sur, Australia y partes de Asia, dividiéndose en diferentes especies a lo largo de millones de años.
Los megaraptoranos eran conocidos por sus cráneos alargados y "garras enormes y muy poderosas", afirmó Lucio Ibiricu del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, quien formó parte del equipo de descubrimiento.
Sin embargo, aún no está claro cómo cazaban estas criaturas y dónde se sitúan en la línea evolutiva, principalmente porque los fósiles recuperados hasta ahora estaban incompletos.
En un nuevo estudio, los investigadores dijeron que desenterraron parte de un cráneo, así como huesos de brazos, piernas y cola en la formación rocosa Lago Colhué Huapi en la Patagonia. Notaron características únicas en los huesos que les hicieron darse cuenta de que podría tratarse de una nueva especie.
Este último miembro del clan megaraptorano, llamado Joaquinraptor casali, llena un vacío importante al proporcionar uno de los esqueletos más completos hasta ahora, expresó en un correo electrónico Federico Agnolin del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. Agnolin no participó en la investigación, que fue publicada el martes en la revista Nature Communications.
La criatura probablemente vivió entre hace 66 y 70 millones de años, cerca de la época en que los dinosaurios se extinguieron, y tenía al menos 19 años cuando murió, aunque los científicos no saben qué lo mató.
Un hueso de pata delantera entre sus mandíbulas, perteneciente a un antiguo pariente de los cocodrilos, podría ofrecer algunas pistas sobre su dieta y si era el depredador principal en las húmedas llanuras aluviales prehistóricas.
Ibiricu nombró al nuevo dinosaurio en memoria de su hijo Joaquín. Aunque Joaquín era muy joven y aún no había desarrollado una fascinación por los dinosaurios, Ibiricu piensa que al niño le hubiera gustado que un dinosaurio se llamara como él.