Es fácil ver que el Poder Legislativo mexicano está obligado a protegernos de las amenazas de la IA y permitirnos gozar de sus beneficios. De ello no se sigue, claro está, que cualquier propuesta legislativa sea positiva.

Sheinbaum, en sus intervenciones, no le quemó incienso a AMLO ni reconoció su “legado histórico y trascendental”. Gran pecado. Tampoco defendió lo indefendible: la corrupción de los “hijos presidenciales”.

En principio, un libro no es, ni puede ser, una pieza propagandística. A diferencia de una propaganda, un libro no se difunde públicamente para consumo masivo.

Por ejemplo, sería necesario una definición más clara del otorgamiento de asilo para evitar que éste se determine sin cumplir requisitos básicos, como lo es la evidencia rigurosa de que no se trata de proteger a delincuentes.

El ministro de Economía, José Arista, por ejemplo, condenó el allanamiento a la casa de la presidenta como “un exceso” que pone en riesgo la estabilidad del país andino.